lunes, 2 de diciembre de 2013

Historia del carnaval de Oruro

El Carnaval de Oruro es único en el mundo por su sentido religioso. Comienza 40 días antes de la Pascua, con el primer convite en devoción a la Virgen del Socavón, en el que todos los conjuntos visitan el templo donde tiene lugar la ceremonia del permiso y la promesa. A partir de ese acto se intensifican otros como el Calvario, las Veladas de la Virgen y los ensayos de los danzarines. Una semana antes del Carnaval se realiza el segundo convite, con la concentración de todos los conjuntos. El viernes es dedicado en forma tradicional al Convite del "Tío" y se realiza la "Challa" de los parajes mineros.
Historia del carnaval de Oruro

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Historia del Carnaval de Oruro

El Carnaval de Oruro se origina en las ancestrales invocaciones andinas a la Pachamama (Madre Tierra), al Tío Supay (Diablo) del paraje minero y a la Virgen de la Candelaria. Su onda, espiritualidad y magnetismo se ha gestado en cinco grandes períodos:

Primer Período del Carnaval de Oruro

Se extiende desde la aparición de la imagen de la Virgen de la Candelaria en 1789, y su revelación posterior en una cueva del cerro “Pie de Gallo”. Cuenta la leyenda que en un socavón abandonado de la mina del cerro antes mencionado, vivía un ratero llamado Anselmo Selarmino (el Nina Nina o Chiru Chiru) que robaba para repartirlo entre los pobres. En una de sus correrías nocturnas fue mortalmente herido por un obrero a quien pretendió quitarle el único tesoro que tenía. En su agonía fue trasladado por una virginal mujer del pueblo hasta su morada en el socavón. Al día siguiente, fue enorme la sorpresa de los mineros de la zona que al hallar el cadáver, se encontraron con la bella imagen de la Virgen de la Candelaria custodiando la cabecera de la pobre cama del ratero.

Segundo Período del Carnaval de Oruro

Los mineros, ante el descubrimiento de la virgen resuelven reverenciarla durante tres días al año desde el sábado del carnaval, usando disfraces a semejanza del diablo al ritmo de una cautivante música. Desde entonces realizan la Entrada de Cargamentos y Ceras, con ornamentos regionales, presentes de plata para la Patrona, viandas y bebidas.


Tercer Período del Carnaval de Oruro

Historia del carnaval de Oruro
Morenos antiguos
Historia del carnaval de Oruro
En 1900 a 1940, irrumpen las primeras Comparsas o Fraternidades devotas de la Virgen como tropas de Diablos, Morenos y Tobas para enfilar hacia la antigua Capilla del Socavón extasiados de Chicha y Alcohol. En ese tiempo no participaban niños ni mujeres.





Cuarto Período del Carnaval de Oruro

En 1940 a 1980, reavivando prejuicios, empleados del comercio, la banca, maestros y hasta un militar se unieron al Carnaval y marcaron innovaciones a los futuros rumbos de la original Entrada.
En 1963 se funda el Comité de Defensa de los Conjuntos Folklóricos, mientras que en los teatros se escenifica el original "relato" de La Diablada, con base en una versión —La lucha entre el Bien y el Mal—del escritor Rafael Ulises Peláez. En 1965 la orureñidad se declara de hecho "Capital Folklórica de Bolivia", las bandas de música aumentan su creatividad, y se impulsa el viaje de grupos de diablos al interior y al exterior. En 1970, el gobierno declaró a Oruro Capital del Folklore Boliviano, acrecentando la corriente turística.
Comienzan a surgir otros conjuntos y con la incursión resuelta de la juventud y la mujer en el Carnaval, este comienza a masificarse.
Historia del carnaval de Oruro
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Quinto Período del Carnaval de Oruro

Data desde la década de los 80 hasta nuestros días, se vive un período de esplendor con la espectacular presentación de la mujer, el despliegue de trajes y derroche de belleza juvenil. Por primera vez en este período se elaboró el estudio técnico para gestionar ante la UNESCO la declaratoria del Carnaval Orureño como Patrimonio Cultural Intangible para la Humanidad....
Por sobre las nubes blancas y coposas sobresale el pico del majestuoso Sajama, como reflejo del cielo brillan los celestes lagos del Poopó y el Uru-Uru, mantos extendidos que son orillados por poblados de la edad del mundo; desafiantes se yerguen, hombres con raza pura, netos hijos de la tierra, dueños de su infinito universo, fuertes y recios gladiadores de su guerra contra las tempestuosas inclemencias naturales, amante conspiterno, idealista, silencioso, adorador de las montañas, del limpio cielo y las profundidades de la tierra, postrado ante Inti, iguala su culto a Pachamama, ofrenda con cariño sumisión y respeto, científico de su cuerpo, ingeniero de la vida, mago y labrador como ilusión nos ha heredado esta cultura, legado que se ostente, gracias a su don de domador del misterio y su resistencia al sufrimiento eterno del látigo, la cruz y la espada.
Oruro, centro cosmopolita donde el hombre se vuelve universal, cuando comparte la magia del misterioso embeleso que produce la mística, tradición que lo envuelve dentro el torrente caudaloso de ansia, fe, devoción, civismo y sortilegio andino, andino y propio, propio del mundo, mundo que comparte con el otro mundo, el de más allá, el de Europa, el de España, una vieja cultura que aprieta, que hace sangrar, que mata, que alienta vivir con la muerte. Oruro cosmopolita, eterna villa que traza en las mentes inmejorable drama de diablos, sapos, víboras, hormigas, lagartos y ñustas.
Es en estas latitudes que se funda el centro del universo, donde el caos y la calma se unen en raro equilibrio, es aquí donde los hombres de aparente sumisión se paran obnubilando con su grandiosa fe, prodigios sublimes que resisten al tiempo y la fragilidad de la memoria.
En Oruro se asiste al ritual de los DIOSES DOMADOS, Ángeles y Demonios, ostentan por varios días descomunal fortaleza, embriagados por el poder y deseo de someter al bien o al mal. Bacanal espectáculo de grandeza se ve, se vive, se es, cuando apenas se deshila el telar de nuestra cultura, para mostrarse orgullosa de ser la Capital del Folklore de Bolivia y Patrimonio de la Humanidad.
Así es Oruro, añeja y de repente nueva, silenciosa y bullanguera, febril de alma, religiosa y profunda, el homo-ando tiene como herencia de esta raza su fortaleza, su religión, su fe, su tradición, su costumbre, su inigualable Carnaval en honor a la Virgen de la Candelaria, para el orureño la Virgen Morena "mamita del Socavón".

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